top of page
Buscar

Hoy el incendio, pero ¿Y el Arco Minero qué?

  • Foto del escritor: Milano
    Milano
  • 25 ago 2019
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 23 sept 2019

"En 2011, con Chávez aún vivo, y a la cabeza del anti-gobierno bolivariano de Venezuela –el mismo que ofreció salvar al planeta de la catástrofe ecológica propiciada por el liberalismo- no contento aún con haber perpetrado el saqueo petrolero más indignante de la historia de la humanidad, se resolvió también a perpetrar la vil explotación de lo que él llamaría la “Faja petrolífera del Orinoco” y el “Arco Minero" anunciado todo con bombos y platillos en cadena nacional."

Imaginemos por un segundo que Macri decidiese negociar la entrega a Los Estados Unidos de la porción argentina de las cataratas de Iguazú, no solo para que se hiciesen de recursos hídricos argentinos, si no para comenzar además algún proyecto minero altamente contaminante y destructivo, que Piñera hiciera lo mismo con el parque Pumalín en Chile, y que siguiendo los ejemplos anteriores a Duque en Colombia se le ocurriera alguna cosa semejante. Todos, tras un único objetivo: Intercambiar soberanía y parte de los recursos de sus naciones a cambio del apoyo de una potencia extranjera que garantice permanencia en el poder.


¿Les parece, imposible, indignante, irrisorio, anormal, canallesco?


Bueno, exactamente eso es lo que ha venido ocurriendo en el país cuna del socialismo bolivariano del siglo XXI hace ya casi una década.


Veamos, a pesar de que el plan de gobierno del extinto pero muy revolucionario Hugo Chávez enuncia cómo "el socialismo es la vía de salvación de la especie humana de la catástrofe generada por el liberalismo" ello no a impedido que desde hace ya casi 10 años se vengan explotando de manera irresponsable los recursos minerales de la amazonía venezolana en conjunción con un conglomerado de empresas transnacionales chinas, rusas, iranies (y sabrá Dios cuantas otras).


Además, según fuentes anónimas, también operan en el territorio amazónico venezolano distintas células terroristas internacionales, las cuales se disputan a su vez porciones del mencionado territorio (como por ejemplo las FARC instaladas allí, según fuentes anónimas, como un aporte de Maduro a los acuerdos de paz colombianos) con otros mineros al margen de la legalidad y que imponen sus leyes al mejor estilo del far west; sembrando el terror entre los pueblos indígenas sin que a nadie le importe verdaderamente, y generando además una catástrofe ambiental que pone en juego el futuro de toda la humanidad. Todo esto en medio del más estruendoso silencio del aparato mediático internacional.


Ahora bien, muy por el contrario de lo que ocurre con la silenciada catástrofe venezolana, impulsada en su totalidad por su desgobierno, para el día de hoy domingo 25 de agosto de 2019, las editoriales y los medios de comunicación del planeta parecieran carecer de recursos suficientes para denunciar hasta la saciedad el terrible incendio que desde ya hace casi dos semanas viene azotando el Amazonas, y por supuesto, culpar a Jair Bolsonaro en el proceso. Retratandolo como poco menos que un ser salido de las mismas entrañas del infierno para traer la desgracia a su pueblo en favor de la asquerosa codicia capitalista neoliberal y blah, blah, blah... además tildándolo de amenaza planetaria (como si de un villano de James Bond se tratase) tal como ha sucedido en un escueto articulo de opinión publicado por el diario español El País el pasado 17 de Octubre de este año.


Por favor progres, si me leen, antes de rasgarse las vestiduras, permítanme terminar, no me malinterpreten: No es una apología bolsonarista lo que pretendo escribi. Yo sé bien que sí, que el tipo es impopular, muy feo (¿pero han visto a su mujer?), además homofóbico y religioso, hasta mala vibra si quieren por su perfil de zombi trasnochado, pero lo del incendio poco o nada tiene que ver con Bolsonaro. En realidad, aunque el incendio en el Amazonas afecta en buena parte al lado brasileño y es ciertamente una horrorosa catástrofe que debe atenderse con extrema urgencia, me parece que debe también atenderse de manera independiente a quién gobierna pues este incendio no fue una decisión explicita de un gobierno, tal como no lo seria tampoco, por ejemplo, un terremoto.


En otras palabras, y sin importar cuanto los mamertos del mundo (quienes no saben hacer nada más que ruido en lugar de algo verdaderamente útil) pretendan politizar el incendio volcando todo tipo de encabezados sensacionalistas y pronósticos apocalípticos sobre Bolsonaro es necesario mantener la cordura y comprender que dicho incendio no es directamente su responsabilidad. La responsabilidad de Bolsonaro en todo caso, es hacer los esfuerzos necesarios para apagarlo, pero hay que tomar también en cuenta, por ejemplo, que además de Brasil, el territorio amazónico es compartido, como ya mencionamos, por otros tantos países como Venezuela, Bolivia, Surinam, entre otros tantos. Y de hecho, me parece, que a lo mejor, no sé, apagar el incendio debería ser más la prioridad global antes que buscarle culpable pasando implícitamente una factura ideológica o política como no se ha hecho, por ejemplo, con el camarada Morales.


Sin embargo, retomemos lo que dejamos de lado al principio, y revisemos un poco la historia reciente venezolana para ver entender el contexto histórico en que la mafia bolivariana se resuelve -aquí sí- oficialmente a descuartizar el Amazonas venezolano en pos de su riqueza bajo el manto rojo invisibilizador de la revolución:


En 2011, con Chávez aún vivo, y a la cabeza del anti-gobierno "bolivariano" – el mismo, insisto, que ofreció salvar al planeta de la catástrofe ecológica propiciada por el liberalismo- no contento aún con haber perpetrado el saqueo petrolero más indignante de la historia de la humanidad, se resolvió también a perpetrar el vil descuartizamiento de lo que él llamaría la “Faja petrolífera del Orinoco” y el “Arco Minero" anunciado todo con bombos y platillos en cadena nacional.


"ante la impopularidad y pocas luces de Maduro, así como la debacle petrolera impidiendo la continuación de la fiesta rentista del populismo caribeño la revolución se encontró al fin seriamente en jaque, y no podía permitirse convertirse en otra prueba histórica e inequívoca de que las revoluciones son un fiasco"

Sin embargo, En 2013 Chávez muere y la revolución se queda sin su carismático líder. Igualmente, por esas cosas del destino los precios del petróleo comienzan una progresiva caída en picada, y en la misma proporción en que caen los precios del petroleo Venezuela comienza a sufrir los efectos de la destrucción sistemática de la producción nacional por obra del difunto por su pésimo manejo de la economía en pos de fines políticos.


Consecuentemente, ante tal caída en los precios del petroleo y sin Chavéz, termina encontrándose Venezuela no solamente quebrada si no con un lerdo y poco carismático Maduro a la cabeza. es decir, sin manera de continuar la fiesta rentista del populismo caribeño. la revolución se encontró al fin seriamente en jaque y no podía permitirse convertirse en otra prueba histórica e inequívoca de que las revoluciones son un fiasco (además de que,para sus líderes, soltar el poder seria seguramente sinónimo de cárcel por supuesto). Así que ante la quiebra, la respuesta fue simple: Desengavetar el arco minero para hacer una vez más a la naturaleza pagar las cuentas.


Mala idea la del creador poner en manos de del narco-comunismo chavista tamañas riquezas naturales...


En efecto, así de simple e irresponsablemente –como todo lo que el chavismo hace- , al mejor estilo neoliberal, fue como se terminaron entregando como ya se dijo casi un 12% de territorio Venezolano a mineras transnacionales y grupos paramilitares que están destruyendo el ecosistema amazónico, sembrando el pánico en poblaciones originarias y aniquilando no solo la flora y fauna si no importantes reservas hídricas del planeta. Entiéndase bien lo último, no de Venezuela, si no del planeta entero, y lo que es peor, el producto en metálico de esa explotación no irá a la famélica y diezmada población venezolana si no a las manos de la cúpula chavista, las transnacionales que les mantienen en el poder y por supuesto a los militares, paramilitares y bandas delincuenciales que operan en la zona.


Dios nos agarre confesados si además -como se sospecha- las mencionadas células terroristas ahí enquistadas están explotando los materiales necesarios para el desarrollo de programas nucleares, pero cualquier cosa es posible en Venezuela...


A lo cual yo me pregunto


¿Donde están Greenpeace, WWF, El País o yo que sé qué organismo internacional o medio de comunicación competentes que puedan tomar cartas en el asunto denunciando de manera tan contundente al chavismo y a los poderes imperiales que le secundan (aunque muchos no crean que se puede ser imperio sin ser USA) tan duramente como lo hacen con Bolsonaro, cuyo mandato además de democráticamente electo, a diferencia de la tiranía venezolana, sí tiene fecha de caducidad?


En serio ¿Dónde están los muy antiimperialistas, indigenistas y ecologistas defensores de la pacha mama latinoamericanos y del mundo mientras esta catástrofe sigue su curso, y lo seguirá después del actual incendio? Me imagino, que como de esto no hay documentales en Netflix, ni siquiera se han enterado o peor aún pensaran que bañada de rojo la pacha mama también puede hacer sacrificios por la revolución.

 
 
 

Kommentare


Join my mailing list

Thanks for submitting!

© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

bottom of page